Soy el resultado de lo que pienso.

Cuando reconoces conscientemente la correlación absoluta que existe entre lo que estás pensando y lo que obtienes, al final puedes controlar tu experiencia en cualquier situación. Lo único que necesitas para conseguir lo que quieres, frente a lo que no quieres, es reconocer que ese control que buscas ya lo tienes, y luego pensar deliberadamente en las cosas que quieres experimentar.
Los pensamientos decadentes siempre te entristecen porque no quieres la decadencia. De modo que utiliza tu guía emocional, elige pensamientos que te hagan sentir bien y no tendrás razón para preocuparte. En realidad, sólo se trata de tomar la decisión: Quiero reconocer que tengo el control total y absoluto de mi instrumento físico. Reconozco que soy el resultado de lo que pienso.
Una vez está claro esto, dedica menos tiempo a contemplar cómo es el mundo a tu alrededor y más a imaginar cómo te gustaría que fuera. Estás creando tus vivencias con cada pensamiento, con cada emoción. Piensa bien, siente bien y verás como vivirás mejor.