Palos de ciego no, palos de vidente.

Venimos a la vida sin un manual de instrucciones, nadie nos enseña cuál es el camino que conduce a la felicidad y hacemos lo que vemos hacer a los demás sin cuestionarnos si existe o no otro modo. Simplemente nos dejamos arrastrar por la corriente y cuando las cosas no salen tan bien como esperábamos, culpamos al gobierno, al sistema, a la educación, al entorno, porque desconocemos el gran poder que tenemos para influir sobre nuestro destino. Ese poder se manifiesta cuando aclaramos cuál es la vida que queremos vivir, cuando centramos nuestros pensamientos en ello, cuando conseguimos que piernas, corazón y mente tiren en el mismo sentido. Ese es el único modo en que acabamos avanzando hacia la consecución de nuestros sueños.