Ser agradecidos


Una buena manera de empezar el día es dando gracias por todas las cosas buenas que nos han sido concedidas: por nuestra salud, por el techo que nos cobija, por el sustento, por la familia que nos quiere, por los hijos, el trabajo, por las pastillas de jabón que tenemos en el lavabo, por la luz del sol, por el agua corriente... Aunque creas que no, siempre tenemos motivos para sentirnos agradecidos. Enfócate en ellos y verás como ese sentimiento de tenencia que te hace vibrar tan alto se convierte en tu punto de atracción. Si te concentras en todo lo bueno que hay a tu alrededor, estarás enfocándote en lo que tienes, no en lo que te falta, de tal modo que empezarás a atraer más circunstancias positivas.

Ya puestos, agradece también el día que tienes por delante, es virgen aún, está esperando que lo inaugures con tus primeros pensamientos, así que da gracias por las personas estupendas a las que tendrás el gusto de saludar, por los regalos que recibirás, por las buenas noticias y por el amor que te será dado. Si empiezas con esa afirmación, tu día tiene muchas probabilidades de desarrollarse de tal forma que acabes teniendo la razón.

Sal de la cama con una sonrisa, sintiéndote afortunado por estar aquí, compartiendo esta maravillosa experiencia.