La ilusión de la realidad

El mundo físico es una respuesta del observador. Por mucho que nos parezca sólido no lo es, depende de los instrumentos que utilicemos para llevar a cabo su observación. Los instrumentos de medición de que nos valemos para captar la realidad son los receptores nerviosos, son los cinco sentidos que se encargan de interpretar el entorno.
Por tanto, existe una gran diferencia entre la realidad y nuestra percepción de la realidad. La mayor parte de lo que vemos es una interpretación. Tan es asi que no todos los seres vivos la experimentamos igual. Una abeja, por ejemplo, no percibe el mismo espectro de radiación que los seres humanos, la abeja capta la radiación ultravioleta y cuando ve una flor no la ve como nosotros. Una serpiente percibe el entorno mediante sensores infrarrojos, un murciélago gracias al eco de los ultrasonidos, las ballenas y delfines se desplazan según la ecolocación y la percepción de los campos magnéticos de la Tierra, igual que las palomas mensajeras y otras especies de aves.
Entonces, ¿cuál es la verdadera imagen del mundo, cual es su verdadera textura, como es? La respuesta a este interrogante es que la realidad no sólo depende de quien la observe, sino del momento en que se observe, de los instrumentos utilizados y de la clase de preguntas que se planteen mientras se realice la observación. En esencia, la realidad es una respuesta del observador, no es su aspecto lo que realmente importa, es nuestro modo de verla y nosotros hemos aprendido a verla de determinada manera. Tenemos un sistema de creencias muy férreo, pero hay que reconocer que sólo son creencias y las creencias se pueden cambiar.
El materialismo nos dice que debemos confiar en lo sentidos -ver para creer- cuando realmente sabemos que los sentidos nos engañan constantemente. Sin ir más lejos, la Tierra nos parece plana, nos parece que esté quieta y no rotando sobre su eje y girando a gran velocidad alrededor del sol. Tendemos a pensar que las cosas tienen un olor, color, sabor, etc, pero ahora sabemos que no es así, esos atributos no pertenecen a las cosas sino a la naturaleza intrínseca del observador.
Así que, cambia tu modo de experimentar el mundo y el mundo acabará cambiando para ti.
Reflexiones del Dr. Deepak Chopra en El poder del pensamiento.