¿A qué le estás prestando atención en este momento, en qué estás pensando justo ahora? Porque la emoción que te despierta ese pensamiento, ya sea alegría, enfado, tranquilidad o desasosiego; ya sea fe o sea miedo, es lo que estás irradiando al Universo y volverá a ti. La frecuencia que emites acaba atrayendo experiencias que vibran a la misma frecuencia, el promedio de tus emociones de hoy está creando tu futuro. Si piensas y sientes emociones cercanas a los valores del amor, te podrás hacer una idea del tipo de realidad que estás creando, sin embargo, el odio vibra bajo, cuando le permites contaminar tu corazón, estás moldeando una experiencia nefasta.
¿Te preocupa tu economía? ¡Ojo!, el miedo a no poder hacer frente a tus pagos hará que se manifiesten nuevas situaciones de escasez. ¿Temes perder tu trabajo, que tu pareja te sea infiel, que tus hijos caigan en la droga? ¿Te dedicas a criticar las actitudes ajenas, te quejas constantemente de tus compañeros y vecinos, odias a muerte a tu suegra?
¿Ideas el modo de ahorrarte un dinerito hurtando folios blancos de la oficina y tinta para la impresora? Porque con este tipo de comportamiento, inofensivo en apariencia, estás mandando al Universo un claro mensaje de: No puedo pagarlo, No tengo suficiente o algo peor, puede que tras él se esconda un sentimiento de venganza: Está bien que les saque algo a estos cabrones porque no me pagan lo que merezco. ¿Cuál de esas motivaciones te hace más daño?
Si fuésemos capaces de reconocer el tipo de emociones que nos despiertan nuestras palabras, pensamientos y acciones, y las intenciones ocultas que hay tras ellas, podríamos predecir sin temor a equivocarnos la clase de futuro que nos espera. Es una tarea sencilla pero que requiere mucha atención por nuestra parte. Vivir en el momento presente, en el aquí y el ahora, es, entre otras cosas, experimentar las emociones e ir guiándolas en el sentido ascendente de la escala emocional. Siempre buscando un alivio, siempre buscando subir al escalón superior. Si tomamos esa dirección iremos de cabeza al amor y ese es el mejor destino que puede aguardarnos al final de nuestro viaje espiritual.
Así que intenta contestar a esta pregunta con frecuencia ¿A qué le estás prestando atención en este preciso instante? ¿qué estás pensando justo ahora? Y siempre que la respuesta te lleve a experimentar una emoción negativa, procura darle la vuelta al pensamiento y a la creencia que hay tras ella para conseguir sentirte aunque sea un poquito mejor. Con el tiempo lo agradecerás.
¿Te preocupa tu economía? ¡Ojo!, el miedo a no poder hacer frente a tus pagos hará que se manifiesten nuevas situaciones de escasez. ¿Temes perder tu trabajo, que tu pareja te sea infiel, que tus hijos caigan en la droga? ¿Te dedicas a criticar las actitudes ajenas, te quejas constantemente de tus compañeros y vecinos, odias a muerte a tu suegra?
¿Ideas el modo de ahorrarte un dinerito hurtando folios blancos de la oficina y tinta para la impresora? Porque con este tipo de comportamiento, inofensivo en apariencia, estás mandando al Universo un claro mensaje de: No puedo pagarlo, No tengo suficiente o algo peor, puede que tras él se esconda un sentimiento de venganza: Está bien que les saque algo a estos cabrones porque no me pagan lo que merezco. ¿Cuál de esas motivaciones te hace más daño?
Si fuésemos capaces de reconocer el tipo de emociones que nos despiertan nuestras palabras, pensamientos y acciones, y las intenciones ocultas que hay tras ellas, podríamos predecir sin temor a equivocarnos la clase de futuro que nos espera. Es una tarea sencilla pero que requiere mucha atención por nuestra parte. Vivir en el momento presente, en el aquí y el ahora, es, entre otras cosas, experimentar las emociones e ir guiándolas en el sentido ascendente de la escala emocional. Siempre buscando un alivio, siempre buscando subir al escalón superior. Si tomamos esa dirección iremos de cabeza al amor y ese es el mejor destino que puede aguardarnos al final de nuestro viaje espiritual.
Así que intenta contestar a esta pregunta con frecuencia ¿A qué le estás prestando atención en este preciso instante? ¿qué estás pensando justo ahora? Y siempre que la respuesta te lleve a experimentar una emoción negativa, procura darle la vuelta al pensamiento y a la creencia que hay tras ella para conseguir sentirte aunque sea un poquito mejor. Con el tiempo lo agradecerás.