La fe es tu fortuna.

La conciencia precede a toda manifestación y es el puntal sobre el que descansan todas las manifestaciones. Para eliminar la manifestación, lo único que tienes que hacer tú, la persona que la concibió, es alejar tu atención de esa idea. En lugar de «Fuera de la vista, fuera de la mente», en realidad es «Fuera de la mente, fuera de la vista». La manifestación seguirá siendo visible únicamente mientras reciba la fuerza con la que la persona que la concibió (Yo SOY) la dotó inicialmente para que la utilizara. Esto se aplica a todas las creaciones, desde el electrón infinitesimalmente pequeño hasta el universo infinitamente inmenso.
Yo SOY rico, pobre, sano, enfermo, libre, confinado: todas éstas son impresiones o estados que fueron sentidos antes de convertirse en expresiones visibles. Tu mundo es tu conciencia materializada. No pierdas el tiempo intentando cambiar lo externo: cambia lo que hay en tu interior (o la impresión), y lo exterior (o la expresión) se ocupará de sí mismo. Cuando comprendas la verdad de esta afirmación, sabrás que has encontrado la palabra perdida o la llave que abre todas las puertas. Tu conciencia es la palabra mágica perdida que se ha hecho carne en semejanza de aquello que eres consciente de ser.
Tu conciencia es la tierra. Estas semillas se plantan con éxito únicamente si, después de haber declarado que eres y tienes aquello que deseas, esperas con confianza los resultados, sin tener pensamientos angustiosos.

Si me elevo en mi conciencia hasta la naturalidad de mi deseo, atraeré automáticamente la manifestación hacia mí. La conciencia es la puerta a través de la cual se revela la vida. La conciencia siempre se está materializando.
Ser consciente de ser o poseer algo es ser o tener aquello que eres consciente de ser o poseer. Por lo tanto, elévate a la conciencia de tu deseo y, automáticamente, verás que se manifiesta.

La fe es tu fortuna, Neville Goddard.