La llave de oro.

Emmet Fox: Si tienes un problema que te quita el sueño aplícale la llave de oro y verás como desaparece. Quienquiera que seas, dondequiera que estés, puedes conseguirlo. La razón de ello es que en la oración científica es El Universo quien obra, no tú, por lo cual tus limitaciones y debilidades particulares no entran para nada en el asunto. Tú eres únicamente el canal a través del cual tiene lugar la acción divina y tu conducta para recibir los beneficios de este tratamiento realmente no será otra que apartarte a un lado.
Lo que es absolutamente esencial es mantener una mente receptiva y suficiente fe para probar la experiencia. Aparte de eso se puede tener cualquier punto de vista religioso o no tener ninguno. Es un método muy sencillo, se trata de dejar de pensar en la dificultad y en su lugar pensar en la grandeza del Universo, o en Dios, o en el bien. Esta es la regla completa y si no haces más que esto, la dificultad, cualquiera que sea, no tardará en desaparecer.
No hay diferencia en la clase de dificultad que sea. Puede ser grande o pequeña; puede ser concerniente a la salud, las finanzas, un pleito judicial, una riña o cualquiera otra cosa concebible; pero sea lo que sea, simplemente deja de pensar en ello y en su lugar piensa en el Bien.
Por otra parte, el observar incesantemente los asuntos con sospecha, para darnos cuenta de cómo marchan, es fatal, porque esto equivale a pensar en la dificultad. Tu objetivo ha de ser borrar la dificultad de tu conciencia, cuando menos por unos instantes, sustituyéndola por el pensamiento positivo. He ahí lo especial. Si puedes quedar absorto en esta consideración del mundo espiritual de manera que realmente olvides por un rato todo lo que se refiere a la dificultad que te indujo a orar, te encontrarás seguro y cómodamente libre de esta dificultad: significa que has llevado a cabo tu demostración.
Así de sencillo es y sin embargo nunca falla cuando se aplica debidamente.

fuente: La llave de Oro, de Emmet Fox.