Soñar es necesario


Sin sueños, los ricos se deprimen, los famosos se aburren, los libres se tornan esclavos, y los fuertes, tímidos. Sin sueños se desvanece la valentía, se agota la inventiva, las pérdidas resultan insoportables, los pequeños problemas se hacen insuperables y los desafíos se convierten en fuentes de miedo.
Voltaire dijo que los sueños y la esperanza nos fueron dados como compensación por las dificultades de la vida. Pero nos hace falta comprender que los sueños no son deseos superficiales, sino brújulas del corazón, proyectos de vida. Los deseos no resisten el calor de las dificultades. Los sueños, en cambio, aguantan las más altas temperaturas de los problemas. Renuevan la esperanza cuando el mundo se nos viene abajo.
John F. Kennedy dijo que hacen falta seres humanos que sueñen lo que nunca fueron. Su pensamiento tiene fundamento, pues los sueños abren las ventanas de la mente, airean las emociones y generan un agradable romance con la vida.
El que no vive un romance con la vida será un desdichado en el terreno de las emociones, aunque habite en mansiones, posea coches lujosos, viaje en primera clase en aviones y sea aplaudido por el mundo.
Es necesario perseguir nuestros sueños más bellos. Renunciar es una palabra que debe eliminarse del diccionario del que sueña y desea conquistar, aunque no se alcancen todas las metas. No olvides que fallarás el cien por cien de las veces en que no lo intentes, perderás el cien por cien de las veces en que no busques, te estancarás el cien por cien de las veces en que no te atrevas a caminar.
¡Nunca dejes de soñar!


fuente: Nunca renuncies a tus sueños, Augusto Cury.