La elección es tuya



Si el Dr. Masaru Emoto, como consecuencia de sus investigaciones, ha llegado a la conclusión de que los pensamientos y las palabras determinan la estructura molecular del agua, qué no podríamos hacer con nuestro cuerpo –formado por un 80% de este líquido— si le mandamos vibraciones positivas.


Al Dr. Emoto se le ocurrió poner agua en distintos frascos y pegarles etiquetas con palabras como Amor, Gracias, Paz, etc. y observó la perfección y la belleza de las moléculas al microscopio después de congelarlas; asimismo, pegó etiquetas de Odio, Guerra, Rabia y observó imágenes feas y distorsionadas. De algún modo el agua expresaba las vibraciones que recibía de su entorno.
Nosotros, los seres humanos, vivimos dentro de un frasco, en este cuerpo o recipiente que nos contiene ¿Por qué no llevar el experimento a nuestras propias carnes? ¿Por qué no nos etiquetamos? Si pretendemos gozar de buena salud y permanecer equilibrados, empecemos a enviarnos amor y agradezcamos a este cuerpo físico por servirnos de vehículo. El amor y el agradecimiento son los sentimientos que más belleza movilizan a su alrededor, en ellos está la clave.
No creo que haya nadie que conscientemente decida enviarse todo lo contrario, sin embargo, más de uno no le da la importancia que merece a la forma en que se trata a sí mismo. 

Las moléculas de nuestro cuerpo se expresan en función de nuestras intenciones, así que plantéate una vez más si te estás tratando con suficiente cariño, si te amas lo bastante como para conseguir que toda el agua de tu cuerpo exprese la belleza, la salud, el equilibrio y el amor como voluntad última del Universo.


¿Cómo quieres estar por dentro?

¿De este modo? ¿O de este otro?








La elección es tuya...